Vías hacia la rentabilidad y sostenibilidad empresarial

Los procesos de fabricación consumen aproximadamente un tercio de la energía mundial, y la industria emite al año unos mil millones de toneladas métricas de CO2. Aunque este tipo de estadísticas se llevan analizando durante décadas, el consumo masivo de energía de las fábricas del mundo es objeto de un escrutinio cada vez mayor por parte de inversores, clientes, organismos públicos y consejos de administración empresariales. En consecuencia, la sostenibilidad ecológica ya no es un tema menor. Se trata de una consideración que impulsará cada vez más las decisiones de rentabilidad e inversión de capital de cara al futuro.

Los inversores deben demostrar que sus carteras están compuestas por empresas responsables. Los consumidores empiezan a exigir pruebas de sostenibilidad en toda la cadena de suministro antes de comprometerse a comprar productos. Los organismos públicos están a punto de imponer normativas estrictas sobre el consumo de energía y las emisiones de carbono. Los miembros de los consejos de administración de empresas de todos los tamaños son conscientes de estos cambios y presionan a sus consejeros delegados y altos directivos para que encuentren respuestas rápidamente, sobre todo en lo que concierne al consumo de energía y a la emisión de carbono de sus operaciones.

Otro factor económico son las propias empresas de servicios públicos. En los Estados Unidos, por ejemplo, muchos proveedores tienen acceso a fondos federales que pueden emplear para financiar iniciativas prometedoras para sus clientes, concretamente proyectos centrados en estrategias de electrificación para sustituir equipos ineficientes por nuevas tecnologías que reduzcan el consumo de energía.

La sostenibilidad, la electrificación y la reducción de las emisiones de carbono son caminos que deben seguir fabricantes de todos los tamaños. La clave para la mayoría de las organizaciones es encontrar un equilibrio entre las estrategias de sostenibilidad empresarial, la rentabilidad del negocio, la tranquilidad de los inversores y el cumplimiento de las normativas y, también, determinar qué tipo de medidas pueden adoptarse ahora. La respuesta a estas preguntas no es simplemente “comprar el equipo adecuado” o “desarrollar una estrategia de futuro”. Es una combinación de las dos cosas. En este informe se describen los pasos concretos que pueden dar los fabricantes para conseguir ahorros energéticos significativos y desarrollar operaciones modernas y sostenibles.

Por decirlo de algún modo: el ahorro energético y las soluciones de sostenibilidad están impulsando los beneficios. Además de las exigencias de los inversores y del comportamiento de los consumidores, los organismos gubernamentales están desatando una inversión a raudales en materia de sostenibilidad. Para 2030, la Unión Europea (UE) destinará más de 1 billón de euros (aproximadamente 1,18 billones de dólares) a inversiones públicas y privadas en el marco del Nuevo Pacto Verde. Estados Unidos gastará 5 billones de dólares en el Climate and Environmental Justice Plan (Plan de Justicia Climática y Ambiental) de aquí a 2050. China ya está gastando billones de dólares para alcanzar su objetivo declarado de neutralidad en carbono para 2060. En Estados Unidos, por ejemplo, los fondos federales se están traduciendo en programas de desgravaciones para equipos, tanto en proyectos de nueva planta como de reconversión iniciados por empresas manufactureras.

Además de los importantes incentivos financieros, los fabricantes de múltiples sectores se sienten presionados por consumidores, inversores y organismos reguladores para demostrar mejoras significativas en materia de sostenibilidad. Independientemente de donde proceda, toda esa presión está relacionada —sí, lo ha adivinado— con el bolsillo.

• Los consumidores compran a proveedores que muestran un compromiso real con la sostenibilidad.
• Los inversores son más selectivos que nunca en cuanto a las marcas que apoyan, a menudo basándose en factores como sus iniciativas de sostenibilidad y responsabilidad social corporativa.
• Los organismos reguladores ofrecen una serie de incentivos, como créditos fiscales, a los fabricantes a cambio de buenas prácticas de sostenibilidad, como la reducción del consumo de energía y de las emisiones de carbono.
• Los gobiernos están invirtiendo mucho en soluciones que les ayuden a cumplir los criterios globales de sostenibilidad

Las principales motivaciones de las empresas en materia de sostenibilidad han cambiado

Históricamente, los esfuerzos de sostenibilidad se consideraban una forma de crear marca. Las empresas invertían en tecnologías e infraestructuras energéticamente eficientes con la esperanza de lograr una amortización “suave”, sobre todo en términos de 

de publicidad positiva y declaraciones reconfortantes en sitios web y en reuniones con inversores. Pero con el aumento de la electrificación y la escalada del coste de la energía, la sostenibilidad empresarial es ahora una destacada estrategia para impulsar márgenes más sólidos y una rentabilidad sostenida. De hecho, en la encuesta realizada en 2021 por McKinsey, los encuestados en empresas generadoras de valor afirmaron que abordan la sostenibilidad para apoyar su propósito y sus valores o para “tener un impacto tangible y positivo en una cuestión” que motiva los comportamientos de compra de los clientes y las prácticas de los inversores.

Las tendencias de los consumidores y los inversores mencionadas anteriormente —el capital que fluye cada vez más hacia las empresas que se comprometen a un cambio real— conllevan que incluso este cambio hacia una responsabilidad corporativa y ambiental de amplio alcance tenga un convincente ángulo económico.

Hasta el compromiso de sostenibilidad empresarial más conservador necesita un eje central estratégico. Esto se debe a que incluso las iniciativas mejor intencionadas tienden a desvanecerse si no hay responsabilidad en la gestión, objetivos ni formas de medir los progresos.

Tener un plan de sostenibilidad también forma parte de seguir siendo competitivos en la era moderna. Según una encuesta realizada en 2021, el 37 % de los encuestados de empresas manufactureras afirmaron que aún no disponían de una estrategia de sostenibilidad, pero que tenían previsto tenerla en un plazo de dos años. A modo de contexto, el 28 % afirmó que ya contaba con una, el 23 % consideraba que su estrategia de sostenibilidad era fundamental para su negocio y solo el 12 % dijo no tener planes de sostenibilidad en sus empresas. 

Si acaba de empezar, consiga algunas victorias rápidas a su favor. Al igual que cambiar las bombillas de casa por LED, todos la soluciones de sostenibilidad (se llamen así o no) empiezan en algún sitio, a menudo menor, sobre todo en el caso de los pequeños y medianos fabricantes. Por eso es buena idea empezar con cambios tácticos y prácticos que tengan un impacto visible.

• Establezca puntos de partida. Sepa cuánta energía consume hoy, aunque solo sea una cifra aproximada.
• Invierta en equipos y prácticas eficientes. Las tecnologías eléctricas, desde bombas hasta alumbrado, descritas en este libro electrónico son excelentes puntos de partida para equipar sus instalaciones con vistas a un futuro sostenible.

Alinear victorias rápidas con la visión de conjunto. Aquí es donde todo encaja. Con las oportunidades identificadas en su estrategia, por sencilla que sea, puede empezar a aprovechar el equipo y las prácticas que tiene actualmente para capitalizarlas, o justificar la inversión adicional en los recursos que necesita.

Esboce una estrategia a largo plazo. En un silo, comprar mejores equipos y acordarse de apagar las luces marcará la diferencia en sus esfuerzos, pero no destacará en materia de sostenibilidad sin una hoja de ruta.

• Recabe datos e interprételos. Si va a sustituir un equipo, sepa cuánta energía y dinero le está ahorrando. Le indicará dónde están teniendo más repercusión sus inversiones y le ayudará a identificar otras áreas de oportunidad.
• Establezca objetivos concretos. Una vez que empiece a ahorrar, no se duerma en los laureles. A partir de la información que recopile, fije los próximos hitos que deba alcanzar su empresa, como los topes de kWh y el volumen de reciclaje.

Cree mensajes. Adoptar un enfoque flexible de objetivos sólidos le permite descubrir qué combinaciones de soluciones funcionan para su empresa, lo que puede ayudar a posicionarla, en su espacio, como un referente en materia de sostenibilidad. Cuantifique y posicione sus esfuerzos de sostenibilidad y sus resultados para demostrar que está progresando ante el público que se muestre más interesado: inversores que busquen socios centrados, consumidores concienciados y aquellos que aboguen por los fabricantes más motivados por el medio ambiente.

Graco trabaja actualmente con fabricantes de múltiples sectores para favorecer un ahorro energético cuantificable y sostenible en sus operaciones. El reciente desarrollo de nuestra bomba eléctrica de doble diafragma (EODD) nos permite aportar ideas en materia de ahorro de costes a fabricantes de todos los tamaños. Hemos recopilado datos de plantas de todo el mundo que demuestran que las bombas neumáticas de doble diafragma (AODD) generaron buena parte, si no la mayor, del consumo eléctrico en operaciones manufactureras.

Los expertos en sostenibilidad empresarial y electrificación de Graco pueden ayudarle a calcular los costes energéticos actuales y el ahorro potencial de energía si emprende la transición desde las antiguas bombas AODD a otras alternativas eléctricas modernas. También podemos ayudarle a explorar los programas de incentivos ofrecidos por las compañías eléctricas, los agregadores de energía y las organizaciones gubernamentales que ayudan a costear —o sufragar por completo— la implantación de una nueva tecnología de bombeo sostenible.