Hotpotting: ¿Está perdiendo dinero?

La mezcla de dos componentes manualmente mediante hotpotting puede suponer una pérdida de dinero. ¿Cuál es una alternativa más económica?

El proceso de hotpotting o mezcla manual se ha utilizado durante décadas. Se considera una forma económica de mezclar dos componentes. No requiere la compra de equipo especial, y los operarios no necesitan una formación especial. Sin embargo, el hotpotting tiene sus limitaciones. 

Puede provocar una mezcla inconsistente debido a errores humanos. Es difícil mezclar correctamente los dos materiales. Así, una parte de la mezcla podría estar submezclada, mientras que otra parte podría estar sobremezclada. Los materiales mal mezclados deben desecharse, lo que, obviamente, es una enorme pérdida de tiempo y dinero. 

Además, el hotpotting siempre deja mezcla en lel fondo del recipiente. Al final de cada turno podría quedar hasta un litro o más pintura en los lados y el fondo del tambor. Otro problema común es que cuando la vida útil es relativamente corta, el material se cura antes de aplicarlo. ¿Qué ocurre con la mezcla del fondo del recipiente? Se desecha. En total, se van añadiendo muchos litros que, en última instancia, significan que se está tirando mucho dinero.

¿Cuál es la alternativa al hotpotting?

Un método más eficaz es utilizar un pulverizador multicomponente, como el XP70 o el XP50 de Graco. Está diseñado para manejar materiales de alta viscosidad de hasta el 100% de contenido de sólidos. Consta de dos bombas de pistón, una para la base y otra para el endurecedor, que alimentan los dos componentes de pintura. Los componentes se transportan y se mezclan en la relación de mezcla correcta. El colector de mezcla y el conjunto de mezclador estático garantizan una mezcla homogénea de la base y del endurecedor. El material mezclado pasa entonces a la pistola de pulverización por una manguera integradora y se atomiza en la boquilla. 

El XP se traduce en menos desperdicio porque solo mezcla lo que pulveriza. Al final de cada jornada no hace falta desechar material mezclado sin usar, simplemente porque no habrá material sin mezclar. Tampoco tendrá que desechar material mezclado de manera inconsistente, porque la máquina garantiza una consistencia óptima de la mezcla, día tras día. Y, por supuesto, menos desperdicios equivale a un ahorro en costes. Se reducirá el consumo de material y dejará de tirar dinero.

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